Siempre he defendido que la realidad del fútbol es que los goles y los puntos marcan el día a día. Y si bien es cierto que un gol suele ser sinónimo de trabajo en equipo (casi siempre), es igualmente cierto que los grandes goleadores destacan por tener una serie de características que los hacen diferentes, y que creo que llevan en la sangre.

El error reside en creer que el talento lo es todo. Sin entrenamiento, esas cualidades se ven mermadas y lo que puede ser un rendimiento muy superior a la media, se puede quedar en algo normal o bajar incluso a la mediocridad. De ahí la importancia de dar el 100% en cada entrenamiento y de despertar cada día con ganas de ser mejores profesionales.

Estoy seguro de que este vídeo os sorprenderá.